Soy Nicole by Amy Ellis Nutt

autor:Amy Ellis Nutt [Amy Ellis Nutt]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: LGTBI
editor: 2019

Capítulo 22

En defensa de Nicole

Kelly y Wayne estaban dedicados en cuerpo y alma a garantizar los derechos de Nicole, pero era Jonas el que estaba en el colegio cada día, no en la misma aula, pero sí lo suficientemente cerca como para saber, ver y oír todo lo que se decía y le decían a Nicole.

Un día, en el recreo, Jonas y otros chicos estaban apasionados jugando a los cuatro cuadrados. El juego consiste en dibujar en el suelo cuatro cuadrados en cada uno de los cuales se coloca un jugador. Cada uno, por turnos, debe tirar la pelota a los otros e intentar que no la atrapen. Hay una versión en la que los jugadores no pueden salir de su cuadrado. Ese día había varios chicos esperando a jugar con Jonas cuando apareció un nuevo rival en el cuadrado de más abajo. Era Jacob. Jonas apartó la mirada mientras le invadía la indignación. Jacob no le gustaba, no le gustaba lo que estaba haciéndole a su hermana y, la verdad, también a él.

Desde que Wyatt había hecho la transición pública a Nicole, Wayne había explicado cuidadosamente a Jonas que debía proteger a su hermana en todo momento. Mientras estaban en el colegio, o en el autobús, o en algún lugar público, su deber era mantenerla a salvo. Cuando eran pequeños, Jonas nunca había pensado que su hermana necesitara protección. Para empezar, era más agresiva que él y, además, ¿por qué iba a amenazarla alguien por lo que sentía? Como no tenía respuestas lógicas a sus preguntas, Jonas tenía que estar alerta, y, cuando otros tenían miedo de preguntar a Nicole sobre su identidad de género, iban a ver a Jonas, el gemelo más tranquilo y amistoso. Era una carga muy pesada para un niño —garantizar la seguridad constante de su hermana— que a veces le volvía un poco paranoico, inseguro sobre en quién podía confiar. Si a Nicole le pasaba algo, Jonas nunca se lo perdonaría. Y cuando le había pasado —no algo físico, pero sí psicológico—, él no había estado. Quizá por eso ahora se indignaba cada vez que veía a Jacob y por eso, cuando Jacob se incorporó al juego de los cuatro cuadrados, Jonas supo que la cosa no iba a acabar bien. Los dos chicos no tardaron mucho en chocar. Después de una volea, Jonas acusó a Jacob de salirse del límite de su cuadrado, que era una falta.

—Estás fuera —dijo, y añadió—. Crees que tu abuelo y tú podéis mangonearnos a mi hermana y a mí. Pues no.

—Nosotros tenemos razón y tú no —respondió Jacob—. No tenemos por qué aguantar a maricas en nuestro colegio.

Jacob se dio la vuelta y empezó a alejarse, pero no había dado más que unos pasos cuando Jonas atravesó los cuadrados corriendo y atacó a Jacob por la espalda. Entonces se dio cuenta de que no tenía claro qué hacer. Nunca había participado en una pelea de colegio, nunca había dado un golpe verdaderamente enfadado, y ahora estaba subido

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